Buenos días


Un  día  se  presentó  a  la  consulta  de un célebre psiquiatra un hombre sereno y equilibrado en apariencia, serio y elegantemente vestido. Sin embargo, después de intercambiar algunas frases, el doctor descubrió que aquel hombre se encontraba muy deprimido, abatido por un profundo sentimiento de tristeza y 
melancolía. El doctor comenzó con responsabilidad la terapia del enfermo y, al final de la entrevista, dijo a su nuevo paciente:—¿Por qué no va esta tarde al circo que acaban de instalar para las fiestas?. En el espectáculo actúa un payaso famosisimo que ha hecho reír y divertirse a medio mundo: todos hablan de él como de algo nunca visto, porque es un caso único. Le hará mucho bien. Verá cómo se lo agradece.
Entonces aquel hombre rompió a llorar:—No puedo: ¡ese payaso soy yo!

Señor, la intolerancia, el racismo, la xenofobia... ponen en peligro nuestro mundo. Nosotros queremos ser flexibles y tolerantes, que no es lo mismo que pasotas e indiferentes. Te damos gracias porque tú sí que eres flexible y tolerante. Esta mañana te pedimos por los terroristas y otros intransigentes: toca su corazón y sus mentes, para que terminen ya con la violencia.

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