A MARÍA ofrecemos EL CROCUS (19 de mayo)


La inquietud y las ganas de llevar al mundo la luz del evangelio la queremos hacer presente con la ofrenda del “crocus”. 
Ponerse en camino, como lo hizo María después de conocer el anuncio de que iba a ser la Madre del mismo Dios, debe ser la consecuencia y el fruto del coloquio personal y sincero entre un cristiano y María.
Inquietud (que no es perder los nervios) es lo que un testigo del Señor ha de sentir y tener al contemplar la figura de la Virgen María. 

Contigo María, en este mes de mayo, nos ponemos en camino saliendo de nosotros mismos.

“Prescindir de María es cerrar una puerta para la labor, 
siempre difícil, de descubrir a Dios” (J.Camprodón)

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