Nos hiciste, Señor, para Ti


SEÑOR, TU NOS HICISTE PARA TI
Y NUESTRO CORAZÓN ESTÁ INQUIETO,
HASTA QUE DESCANSE EN TI, SEÑOR, MI DIOS,
EN TI ENCUENTRE YO MI PAZ.

Ante todo, queridísimos hermanos,
a Dios amemos y al prójimo también,
pues estos son los principales mandamientos
que del Señor nosotros hemos recibido.

Primeramente esto es lo que mandamos
a los que en comunidad os reunís,
vivid unánimes bajo un mismo techo
tened un alma y un solo corazón.

Y no tengáis ninguna cosa como propia,
sino que todo sea para el bien común,
que el alimento y el vestido os distribuyan
a cada cual conforme lo necesitéis.

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