La palabra de Dios, fuente de vida

Francisco nos anima a dejarnos evangelizar por la Palabra de Dios, fuente de vida y esperanza. "Todo cuanto fue escrito en el pasado, se escribió para enseñanza nuestra, para que con la resistencia y el consuelo que dan las Escrituras, mantengamos la esperanza" (Rom. 15, 4)

"No sólo la homilía debe alimentarse de la Palabra de Dios. Toda la evangelización está fundada sobre ella, escuchada, meditada, vivida, celebrada y testimoniada. Las Sagradas Escrituras son fuente de la evangelización. Por lo tanto, hace falta formarse continuamente en la escucha de la Palabra. La Iglesia no evangeliza si no se deja continuamente evangelizar.

Es indispensable que la Palabra de Dios «sea cada vez más el corazón de toda actividad eclesial». La Palabra de Dios escuchada y celebrada, sobre todo en la Eucaristía, alimenta y refuerza interiormente a los cristianos y los vuelve capaces de un auténtico testimonio evangélico en la vida cotidiana. Ya hemos superado aquella vieja contraposición entre Palabra y Sacramento. La Palabra proclamada, viva y eficaz, prepara la recepción del Sacramento, y en el Sacramento esa Palabra alcanza su máxima eficacia.

Evangelii Gaudium (IV. En torno a la Palabra de Dios)

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