Aquí nos tienes, Señor,
Siempre dispuestos,
Rodeados de libros y tareas,
Y con el corazón abierto,
Siempre abierto
Por si quieres llamar a nuestra puerta.
Queremos encontrarte en nuestras cosas,
En la cultura, en la familia y en la escuela
Y gritar a una voz que te queremos.
¡Te invitamos a sentarte en nuestra mesa!
No dejes que seamos insensibles
Al inmenso dolor que nos rodea.
Danos entrañas de misericordia
Para compartir los gozos y las penas.
Aquí estamos, Señor,
Por si nos llamas,
Dispuestos a comenzar nuestra tarea
De la mano de María, nuestra madre,
La mujer siempre fiel, sencilla y buena.
Quédate, Señor, junto a nosotros
Que tu luz ilumine nuestra senda.
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