Regreso a Ti
Voy de regreso a tu casa.
Y a ti me vuelvo para pedirte los medios
que me permitan acercarme a ti.
Si tú me abandonas, la muerte caerá sobre mí.
Pero tú no abandonas a nadie que no te abandone.
Eres el sumo bien, y nadie te buscó debidamente sin hallarte.
Y te buscó debidamente el que tú quisiste que así te buscara.
Padre, que yo te busque sin caer en el error.
Que, al buscarte a ti, nadie me salga al paso en vez de ti.
Sal a mi encuentro, pues mi único deseo es poseerte.
Pido tu clemencia que me convierta plenamente a ti
y destierre de mí todas las repugnancias que a ello me opongan.
Y mientras llevo sobre mí la carga de mi cuerpo,
haz que sea puro, magnánimo y prudente,
perfecto conocedor y amante de tu sabiduría,
digno de habitación y habitador de tu beatísimo reino.
San Agustín. Soliloquios 1,5-6
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