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Compartiendo vida... ¡Qué susto!

¡Qué susto! por un momento he creído que ese monstruo era real... ¡me ha dado un vuelco el corazón!... con esa cara, esos dientes, esa expresión violenta... ¡qué susto! después me he dado cuenta que era un montaje pero... la primera impresión no me la quita nadie.
Eso nos sucede a veces, creemos ver monstruos donde no los hay, nos inquietamos por cosas que no merecen la pena, nos quedamos en la imagen inicial de un acontecimiento sin dar el segundo paso que nos lleva a la realidad...
Cuando nos asustamos es porque sentimos que nuestra integridad está en peligro. hay veces que los peligros son reales y debemos afrontarlos como podamos... pero otras veces los peligros nos los montamos en la cabeza y corazón en cuestión de segundos.
Por eso es importante trabajar la valentía y la realidad, para darnos cuenta de que no hay tantas cosas que nos acechan y... que el mayor peligro reside en nuestro interior.
Es fácil crearnos miedos sobre la vida pero estos solo nos paralizan, obstaculizan nuestro camino para ser realmente quienes somos y entregarnos desde lo que somos.
Cuando te encuentres en peligro CONFÍA, sé valiente y encara la vida con esa energía que solo puede darte quien te ama de verdad: Dios.

Encar_AM

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