Un hombre santo se dirigía en peregrinación a un santuario. El viaje era difícil, y mientras a travesaba el bosque se perdió.
Durante varios días intentó encontrar un camino que le sacara del bosque. Recorrió todos los senderos y caminó en todas las direcciones, pero fue todo en vano. Es como si cada vez se metiera más dentro de la oscuridad del bosque.
Al fin tropezó con un grupo de trabajadores. También ellos andaban perdidos y buscaban el camino debido. Al ver al hombre santo se regocijaron.
<<¡Gracias a Dios!>>, se dijeron. <<Este hombre santo nos salvará. Él nos mostrará el camino para salir del bosque>>.
Comenzaron a suplicarle. <<Hombre de Dios, enséñanos el camino>>, le instaban. <<Estamos perdidos. Ayúdanos o pereceremos todos>>.
«No puedo deciros qué sendero debéis tornar, porque también yo lo ando buscando», respondió el hombre santo. «Sólo puedo señalar las sendas que parecen adentrarse más en el bosque. Mirad, exploremos juntos, ya que todos buscamos el mismo camino. Todos buscamos el camino que nos conduzca a la libertad y la salvación».
(Una historia india)
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