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Vivir en la verdad

Un discípulo, con fama de buen y brillante predicador pero de dudosa vida moral, visitó a un maestro. Quería avanzar en la sabiduría y en la vida espiritual. El maestro, en su presencia, escribió una carta de recomendación para otro maestro. Se la entregó cerrada. Cuando el discípulo llegó a su presencia, el segundo maestro abrió la carta y leyó en alta voz: “EI portador de esta carta ha vivido hasta ahora en la mentira. No sabe lo que es la experiencia de Dios ni la verdadera sabiduría. Su corazón está reseco por la vanidad”. El discípulo estallo en sollozos. “¿Es falso lo que aquí se escribe?”. Preguntó el maestro.
- “No, no lo es”, replicó el discípulo. Y aquel discípulo pronto llegó a ser un verdadero maestro.

(Sobre una idea de E. Wiesel)

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