Jesús: Maestro entre los discípulos, amigo, entre los amigos,
Dios, entre los hombres.
Como los doce, estamos en oración puestos nuestros ojos en Ti, y te suplicamos que prepares nuestra tierra, renueves los surcos de nuestro corazón, dejes caer tu lluvia sobre nuestra sequía, apartes las piedras y las durezas pesadas del camino.
Haznos:
tierra permeable,
mullida y abierta a tu voluntad,
donde pueda brotar la esperanza,
donde se pueda recoger alegría,
donde pueda detenerse
el joven que empieza a vivir,
el niño indefenso,
el viajero, cansado de la vida,
el que busca, el que desespera…
Te lo pedimos unidas, entre nosotras y con María.
Te lo pedimos unidas a Ti, porque sólo así podemos encontrar la vida. AMEN.
Por supuesto que hay que estar abierto a Dios y al prójimo.
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