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Espíritu de Libertad

A ti, Señor, clamamos con todos los hombres de buena voluntad y pedimos nos envíes el don de la libertad.
Líbranos de los ídolos que nos imponen: de la droga, de los discos, de la televisión, de los negocios, de la apariencia y el consumo, de los tópicos, de las modas, de las caretas. Ayúdanos a seguir la libertad de Jesús que está con los mendigos y los pecadores, que expulsa a los usureros del templo y llama raza de víboras a los farsantes. Empújanos a conquistar nuestra libertad desde la feliz experiencia de la Pascua, fiesta grande de los hombres libres.
Sabemos que sólo la verdad nos hace libres: sólo cuando reconocemos nuestra pobreza y po-nemos toda nuestra confianza en el Señor. El que aparenta, el presuntuoso, el falso es el pri-mero que ejecuta su propia libertad por miedo a sí mismo, a los demás.
Queremos asumir el reto de ser libres para poder liberar a otros en una sociedad donde se margina a todo joven que busca caminos nuevos.
La libertad de la selva no es libertad, es rivalidad, explotación y egoísmo, No queremos la libertad individualista, no la del más fuerte, sino la que nos hace hermanos y levanta la justicia. Queremos que nuestra libertad sirva para liberar a otros y esté comprometida en buscar la igualdad de los derechos, de la cultura, del trabajo digno, para todos.

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