Queremos salir a tu encuentro, Señor. Concédenos el Espíritu de la oración.
Ayúdanos a ponernos ante ti cada día, a buscarte en la acción y en el silencio. Enséñanos a orar en los buenos momentos y también en las dificultades. Queremos buscar tu voluntad en nuestra vida, abrirnos a tu Palabra que nos salva.
Necesitamos fe para poner en tus manos cuanto somos, tenemos y esperamos, para entrar en tu reino y para atrevemos a llamarte'Padre' entre tantos que aún no te conocen.
Queremos aprender a rezar desde la vida, para no repetir oraciones sin sentido, para que nadie piense que estás lejos. Deseamos rezar en la lucha cotidiana, oír en los hermanos y en los pobres tu voz y tu llamada. Orar, como Jesús, encarnado entre su pueblo, capaz de llamarte 'padre bueno', solidario con todos los hermanos dando por ellos la vida cada día.
Enséñanos, Señor, a escuchar y a mirar con ojos de evangelio a cada persona, a cada situación.
No nos dejes caer en la tentación de escamotearte nuestra verdad. Tú sabes lo que pedimos y necesitamos, haznos fieles seguidores de tu voluntad sin apaños, 'arreglos', ni mentiras, segui-dores cercanos de tus signos.
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