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Guía, Señor, mis pasos por el Camino de la paz

“Guía, Señor, mis pasos por el Camino de la paz.” “Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor, ensalzadlo con himnos por los siglos. Aguas del espacio, bendecid al Señor; fríos y heladas, bendecid al Señor. Sol y luna, bendecid al Señor; astros del cielo, bendecid al Señor. Lluvia y rocío, bendecid al Señor; vientos todos, bendecid al Señor. Montes y cumbres, bendecid al Señor; cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor” (Dn 3,57-88).

Te invitamos a ser contemplativo en medio de la naturaleza. Eres criatura de Dios, hecho a su imagen y semejanza. Estrena hoy una mirada nueva. No cruces de prisa el paisaje. Dios nos habla a través de la creación. Cada criatura expresa, a la vez, su grandeza y su cercanía. Recuerda estos versos de San Juan de la Cruz:

”¡Oh bosques y espesuras, plantadas por la mano del Amado! ¡Oh prado de verduras, de flores esmaltado! Decid si por vosotros ha pasado. Mil gracias derramando pasó por estos sotos con presura, y yéndolos mirando, con sola su figura vestidos los dejó de hermosura.

Lee atentamente este texto:
“Contemplad los lirios del campo, cómo crecen; no se fatigan ni hilan, y os digo que ni Salomón en toda su gloria pudo vestirse como uno de ellos. Y si a la hierba del campo, que hoy es y mañana se echa al fuego, Dios así la viste, ¡cuánto más a vosotros, hombres de poca fe! No andéis buscando qué comer y qué beber, y no estéis inquietos. Por todas esas cosas se afanan las gentes del mundo. Bien sabe vuestro Padre que estáis necesitados de ellas. Buscad más bien su reino y esas cosas se os darán por añadidura” (Lc 12, 27-31).

Para tu reflexión:
¡Tantas horas en contacto con la naturaleza! ¡Qué riqueza! Todo es importante, lo pequeño y lo grande. Todo se vuelve una llamada para el que busca. Cuando te detienes a oír la naturaleza y la sientes, pasas a oírte a ti mismo. Te llenas de alegría, admiración y gratitud por tantas maravillas, tanto dentro como fuera de ti.

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