Porque sin ti, a Dios lo tenemos lejos.
¡Ven, Espíritu Santo!
Porque sin ti, Cristo resucitado
Se nos queda en el pasado.
¡Ven, Espíritu Santo!
Porque sin ti, El Evangelio es letra muerta.
¡Ven, Espíritu Santo!
Porque sin ti, la Iglesia es una simple organización, y la autoridad se convierte
en ejercicio del poder.
¡Ven, Espíritu Santo!
Porque sin ti, a misión pasa a ser propaganda.
Y el culto es un arcaísmo.
Sin ti, el actuar de los cristianos
refleja una vida de esclavos.
¡Ven, Espíritu Santo!
Porque contigo, el cosmos camina
hacia el Reino.
Contigo, Dios está cerca, y Cristo resucitado
se hace presente.
¡Ven, Espíritu Santo!
Porque contigo, el Evangelio es vida;
la Iglesia pasa a ser comunión en la Trinidad.
Contigo, la autoridad es un servicio liberador,
y la misión, un renovado Pentecostés.
¡Ven, Espíritu Santo!
Porque contigo, la liturgia es memoria viviente.
Contigo el actuar humano se hace divino.
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