MATEO 11, 25-30
En aquella
ocasión exclamó Jesús: - Bendito seas, Padre, Señor de cielo y tierra, porque,
si has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, se las has revelado a
la gente sencilla; sí, Padre, bendito seas, por haberte parecido eso bien. Mi
Padre me lo ha entregado todo; al Hijo lo conoce sólo el Padre y al Padre lo
conoce sólo el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Acercaos a mí
todos los que estáis rendidos y abrumados, que yo os daré respiro. Cargad con
mi yugo y aprended de mí, que soy sencillo y humilde: encontraréis vuestro
respiro, pues mi yugo es llevadero y mi carga ligera.
TRES LLAMADAS DE JESÚS
El evangelio de Mateo ha recogido tres llamadas de
Jesús que hemos de escuchar con atención sus seguidores, pues pueden
transformar el clima de desaliento, cansancio y aburrimiento que a veces se
respira en algunos sectores de nuestras comunidades cristianas.
«Venid a mí
todos los que estáis fatigados y agobiados, y yo os aliviaré».
Es la primera llamada. Está dirigida a todos los
que viven su religión como una carga pesada. No son pocos los cristianos que
viven agobiados por su conciencia. No son grandes pecadores. Sencillamente han
sido educados para tener siempre presente su pecado y no conocen la alegría del
perdón continuo de Dios. Si se encuentran con Jesús se sentirán aliviados.
Hay también cristianos cansados de vivir su
religión como una tradición gastada. Si se encuentran con Jesús aprenderán a
vivir confiando en un Dios Padre. Descubrirán una alegría interior que hoy no
conocen. Seguirán a Jesús no por obligación, sino por atracción.
«Cargad con
mi yugo, porque es llevadero, y mi carga, ligera».
Es la segunda llamada. Jesús no agobia a nadie. Al
contrario, libera lo mejor que hay en nosotros, pues nos propone vivir haciendo
la vida más humana, digna y sana. No es fácil encontrar un modo más apasionante
de vivir.
Jesús libera de miedos y presiones, no los
introduce; hace crecer nuestra libertad, no nuestras servidumbres; despierta en
nosotros la confianza, nunca la tristeza; nos atrae hacia el amor, no hacia
leyes y preceptos. Nos invita a vivir haciendo el bien.
«Aprended de
mí, que soy sencillo y humilde de corazón, y encontraréis descanso para
vuestras vidas».
Es la tercera llamada. Hemos de aprender de Jesús a
vivir como él. Jesús no complica la vida. La hace más clara y sencilla, más
humilde y más sana. Ofrece descanso. No propone nunca a sus seguidores algo que
él no ha vivido. Por eso puede entender nuestras dificultades y nuestros
esfuerzos, puede perdonar nuestras torpezas y errores, animándonos siempre a
levantarnos.
Hemos de centrar nuestros esfuerzos en promover un
contacto más vital con Jesús en nuestras comunidades, tan necesitadas de
aliento, descanso y paz. Me entristece ver que es precisamente su modo de
entender y de vivir la religión lo que conduce a no pocos, casi
inevitablemente, a no conocer la experiencia de confiar en Jesús. Pienso en
tantas personas que, dentro y fuera de la Iglesia, viven «perdidas», sin saber
a qué puerta llamar. Sé que Jesús podría ser para ellas la gran noticia.
José Antonio Pagola
Magnífico!!! Que dios os bendiga!!
ResponderEliminarMil gracias por compartir tanta Luz