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¿Quién eres Tú, Señor?

Para que, creyendo en Ti, crea con más fuerza
y de testimonio de que, Tú, vives y hablas en mí
Para que, acogiéndome tal y como soy,
con defectos y virtudes, pecados y gracia
pueda acercarme a Ti sin temor a sentirme vacío
y beber sin límite ni tregua el agua viva que me das.

¿QUIÉN ERES TÚ, SEÑOR?
Para que, viéndote sentado en el pozo de mi hueca vida
me ofrezcas lo que yo nunca te he pedido
y me recuerdes que,  en mis días, no he estado acertado

¿QUIÉN ERES TÚ, SEÑOR?
Para que, conociéndote como yo creía conocerte
piense que estaba y vivía como si Tú no existieras
como si, de repente, fueras alguien desconocido
alguien que, en agua fresca derramada sobre mi mente
me hace sentirme feliz y contento, dichoso por encontrarte

¿QUIÉN ERES TÚ, SEÑOR?
Para que, con la mentira y la verdad de mis palabras
rompa y me aleje de una vez por todas
de aquello que me esclaviza o me inmoviliza
Abandone definitivamente el cántaro del agua engañosa
el agua que, aparentemente límpida,
no da luz verde ni a mis interrogantes ni a mi sed de justicia

¿QUIÉN ERES TÚ, SEÑOR?
Porque, como la samaritana, no he buscado
pero te he encontrado
Porque, como la samaritana, yo quería agua superficial
y Tú me has proporcionado  otra del manantial de la vida
Porque, como la samaritana, no me trataba contigo
y, ahora, ya no puedo vivir sin Ti

¿QUIÉN ERES TÚ, SEÑOR, QUE LO SABES TODO?

Javier Leoz

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