Cuantos instantes dejamos pasar en nuestra vida sin percibir que son oportunidades que nunca volverán.
Cuantos momentos perdidos en la discusión interior que nos envuelve en un mar de dudas y desvelos paralizando nuestra capacidad de orden y reflexión.
Cuantos espacios perdidos en la nada que no lleva a ningún sitio impidiéndonos ser nosotros mismos.
Cuantos tiempos desgastados en un ir y venir sin un destino concreto o una meta a alcanzar...
Las oportunidades de cada instante solo pasan una vez en la vida... en cada instante de nuestra vida.
La verdadera oportunidad reside en nuestra forma de enfrentarnos a la vida, en las elecciones que hacemos de amar o envidiar, de perdonar o resentirnos, en darnos por completo o guardarnos para nosotros aquello que somos, en el intento diario de vivir desde nuestra fe o dejarnos llevar por las emociones del mundo.
En cada uno de esos instantes Dios está presente ofreciéndonos una nueva oportunidad de ser lo que somos y darnos desde lo que somos.
¡Me apunto a vivir desde esas oportunidades y no dejarlas pasar!
Encar
Que razón y no apreciamos el momento
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