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Jesús llegó fatigado al pozo

... Jesús llegó fatigado al pozo, como lo estamos nosotros; es por nuestro camino, camino de vida, la siembra de pasos que se hacen realidad, la vida de la Palabra que se ha hecho carne.

Sería bueno que pudieramos compartir nuestros deseos del corazón... reconocer juntos, en el brocal del pozo o descansando junto a la FUENTE, qué es lo que pedimos de  su Agua.

“Dios mío, ¿dónde moras?
Cuanto siento cerca de mí tu presencia,
respiro hondo y pego gritos 
de alegría y alabanza,
como cuando se celebra una fiesta.
Pero, ¡ay!, yo sigo estando triste
al comprobar que vuelvo a caer en las andadas
y me deslizo por el abismo.
A veces hasta me siento identificado con el mismo abismo.

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