El origen parece estar en el vocabulario de la lucha cuerpo a cuerpo (y en otras clases de enfrentamientos), en la que el luchador que derribaba tres veces a su adversario ganaba, aunque algunos sostienen que, primitivamente, se consideraba ganador al que mejor se desempeñaba en un total de tres juegos. Como vemos, siempre era el número tres el elegido.
En el ámbito de la Justicia de los siglos XVI y XVII, en la práctica procesal del derecho penal, se establecía la muerte al tercer robo, con lo que para el reo, al igual que para el luchador, la tercera, era la vencida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario