La oportunidad de cada instante

Cuantos instantes dejamos pasar en nuestra vida sin percibir que son oportunidades que nunca volverán.
Cuantos momentos perdidos en la discusión interior que nos envuelve en un mar de dudas y desvelos paralizando nuestra capacidad de orden y reflexión.
Cuantos espacios perdidos en la nada que no lleva a ningún sitio impidiéndonos ser nosotros mismos.
Cuantos tiempos desgastados en un ir y venir sin un destino concreto o una meta a alcanzar...
Las oportunidades de cada instante solo pasan una vez en la vida... en cada instante de nuestra vida.
La verdadera oportunidad reside en nuestra forma de enfrentarnos a la vida, en las elecciones que hacemos de amar o envidiar, de perdonar o resentirnos, en darnos por completo o guardarnos para nosotros aquello que somos, en el intento diario de vivir desde nuestra fe o dejarnos llevar por las emociones del mundo.
En cada uno de esos instantes Dios está presente ofreciéndonos una nueva oportunidad de ser lo que somos y darnos desde lo que somos.
¡Me apunto a vivir desde esas oportunidades y no dejarlas pasar!

Encar

Jesús llegó fatigado al pozo

... Jesús llegó fatigado al pozo, como lo estamos nosotros; es por nuestro camino, camino de vida, la siembra de pasos que se hacen realidad, la vida de la Palabra que se ha hecho carne.

Sería bueno que pudieramos compartir nuestros deseos del corazón... reconocer juntos, en el brocal del pozo o descansando junto a la FUENTE, qué es lo que pedimos de  su Agua.

“Dios mío, ¿dónde moras?
Cuanto siento cerca de mí tu presencia,
respiro hondo y pego gritos 
de alegría y alabanza,
como cuando se celebra una fiesta.
Pero, ¡ay!, yo sigo estando triste
al comprobar que vuelvo a caer en las andadas
y me deslizo por el abismo.
A veces hasta me siento identificado con el mismo abismo.

¡Te necesito, Señor!

¡Te necesito, Señor!,
porque sin ti mi vida se seca.
Quiero encontrarte en la oración,
en tu presencia inconfundible,
durante esos momentos en los que el silencio
se sitúa de frente a mí, ante ti.
¡Quiero buscarte!
Quiero encontrarte dando vida
a la naturaleza que tú has creado;
en la transparencia del horizonte lejano desde un cerro,
y en la profundidad de un bosque
que protege con sus hojas los latidos escondidos
de todos sus inquilinos.
¡Necesito sentirte alrededor!
Quiero encontrarte en tus sacramentos,
En el reencuentro con tu perdón,
en la escucha de tu palabra.

Nunca te rindas


Corazón


La vida por delante...


Siempre es bueno saber cuándo se concluye una etapa en la vida.
Si insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del presente.
Lo importante es poner punto final a los momentos de la vida que se han terminado. Puedes pasarte mucho tiempo de tu presente pensando en los ¿por qué? y tratando de entender lo qué sucedió o no sucedió y aquellas situaciones o circunstancias que ya pasaron y que solo son recuerdos.
Vivir así produce un gran desgaste en tu vida y no solo te afecta a ti, sino a tus seres queridos.

El pasado ya pasó. No esperes que nadie te devuelva nada, no esperes que nadie reconozca tus esfuerzos. Debes liberarte del resentimiento, de las ataduras que traen los recuerdos del pasado. Si no lo haces lo único que conseguirás es no disfrutar del presente y por lo tanto condicionará negativamente tu futuro.
El pasado solo nos debe servir como experiencia, para realizar los cambios necesarios que nos ayuden a superar los inconvenientes que aparecerán en nuestra vida. Hay que dar vuelta la página y vivir con lo que tenemos hoy en nuestras manos, recuerda que Dios tiene un futuro preparado para ti y que depende solo de ti alcanzarlo o quedarte distraído en las cosas del pasado, que dicho sea de paso, no puedes cambiar.

Si andas por la vida dejando las puertas abiertas, cuando deberían estar cerradas, nunca podrás desprenderte del pasado ni vivir el presente plenamente.
Noviazgos, relaciones o amistades del pasado que no acabamos de terminar en nuestra mente. Posibilidades de volver a empezar, necesidad de aclaraciones, palabras que no se dijeron, silencios fuera de lugar, reacciones, actitudes, malos entendidos… Si puedes enfrentarlos ahora, hazlo, si no, déjalos ir, pasa la página.

Cierra la puerta para siempre, pero no por orgullo, o soberbia, sino, porque tú ya no encajas allí en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en esa oficina, en ese oficio. Esas cosas ya no forman parte de tu vida.

Tú ya no eres el mismo que fuiste hace dos días, hace tres meses, hace un año. Por lo tanto, no hay nada a qué volver. Cierra la puerta, pasa la página, cierra el círculo. Ni tú serás el mismo, ni el entorno al que estás pensando regresar será el mismo que dejaste atrás.
Porque en la vida nada es estático, todo cambia. Es por tu salud mental y amor a ti mismo, que debes desprenderte de lo que ya no forma parte de tu vida.

Recuerda que nada ni nadie son indispensables. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo.
Por lo tanto es tu responsabilidad personal aprender a desprenderte y ser libre.
Muchas veces lo que nos ata, es simplemente costumbre, apego, hábito, necesidad. Así que cierra, corta, vete, tira, oxigena, despréndete, sacúdete, suéltate.

«Así es la vida y esa es la única forma de acceder a todo lo nuevo que tenemos por delante»

La mirada de María

Yo también quisiera poseer, Santa María,
ojos tan lúcidos como los tuyos.
Para comprender el Misterio que te hace grande
Para entender la Palabra que te hizo  feliz
Yo también quisiera tener tus ojos, Santa María,
para descubrir definitivamente a Jesús
y no perderlo ante tanto escaparate que la vida me ofrece.
Yo también quisiera tener tus ojos, Santa María,
y por encima de valles y de montes
saber que me espera un horizonte en Dios
con los brazos abiertos.
¿Cómo conseguir tu mirada?
¿Cómo alcanzar tu vista?
¿Cómo mantener la nitidez de tus ojos?
"Sólo con la oración", me respondes Santa María,
se limpian tanto los ojos como el alma
Sólo con la obediencia
se alcanza a ver lo que el mundo niega
Sólo con la confianza
los ojos llegan donde el hombre no atina
Sólo con la sencillez
los ojos traspasan lo que la inteligencia nos dificulta
¡Ayúdame, Santa María!
Dame esos ojos grandes que ven a Dios
Dame esos ojos limpios que contemplan a Cristo
Dame esos ojos penetrados por los rayos del Espíritu
Y, si acaso no puedo,
sólo te pido que no dejes de mirarme.
Amén.
 Ave María
J.Leoz

Grandes riesgos


El gran amor y los grandes logros
requieren grandes riesgos.

Se hace camino al andar

Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre la mar.
Nunca perseguí la gloria
ni dejar en la memoria de los hombres
mi canción.
Yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles
como pompas de jabón.
Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar,
bajo el cielo azul,
temblar súbitamente y quebrarse…
Nunca perseguí la gloria…

Caminante son tus huellas,
el camino y nada más.
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar,
Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante, no hay camino,
sino estelas en el mar.

(Antonio Machado)

Has dado la vida por mi (Video Reflejos)

La varita mágica

¡Cuántas veces quisiéramos tener una varita mágica para poder cambiar aquello que nos resulta imposible!

¡Cuántas veces nos sentimos tan impotentes para darle la vuelta a una realidad dolorosa que quisiéramos ser "magos" sacando de la nada algo para poder solucionarlo!

¡Que fácil y cómodo nos resulta a veces creer en la fantasía de que fuera posible cambiar la realidad del mundo y de nuestro mundo interior para poder enfrentar aquello que nos hace sufrir!

Las varitas mágicas no existen, pero los milagros sí. Y los milagros no son acontecimientos extraños que solo los "escogidos" pueden experimentar. Los milagros están a nuestro lado en las personas que nos acompañan, en los que sufren por nuestras preocupaciones y en los que nos ayudan a caminar cuando flaqueamos.

Tú y yo también podemos hacer milagros y descubrir los milagros de los otros.

¿Estás vivo? ¿respiras? ¿piensas? ¿eres capaz de contemplar la luz del día y la belleza de la noche?... ¿no es eso un verdadero milagro? ¿no es un milagro el poder compartir el dolor y la sanación?

Tu varita mágica puede que no saque un conejo de la chistera pero con seguridad sacará lo mejor de ti mismo y y te dará la energía que necesitas para caminar por la vida acogiendo lo que trae. La varita puede hacer el milagro de que las personas importantes de tu vida caminen junto a ti independientemente del momento y la situación a la que te enfrentes.

Encar


Vía Crucis para colorear y trabajar



En mi desierto

Vivo, Señor, en mi desierto de angustias y miserias.
Vivo, Señor, en mi desierto de infidelidades.
Vivo, Señor, en mi desierto de penas e historias que me atan.
Vivo, Señor, en un desierto en el que me cuesta trabajo escuchar tu voz.
Libérame y escucha mi voz que te llama.
Libérame y sácame de mi Egipto.
Libérame y abre mis ojos para buscarte.
Libérame y tiéndeme tu mano fuerte.
Libérame y condúceme a tu desierto, Señor.
En tu desierto, Señor, quiero vivir de otra cosa que no es pan.
En tu desierto, Señor, quiero ser fiel a tu Palabra.
En tu desierto, Señor, quiero caminar dándote la mano.
En tu desierto, Señor, quiero dar frutos y
hacer que de mí manen amor y misericordia.
En tu desierto, Señor, sé que encontraré tu Vida,
sé que encontraré mi vida.
Entraré en tu desierto, Señor.
Me despojaré de todo lo que me oprime.
Dejaré que me hables y me seduzcas.
Porque quiero hacerme fuerte en ti.
Porque quiero en tu desierto, Señor,
tener las manos disponibles
para abrazar tu Cruz.

Aprender a servir (Reflexión)

Jesucristo vino al mundo para “servir” a la humanidad. Lo dijo en numerosas ocasiones. Y lo hizo durante toda su vida en la tierra.
Es precisamente sirviendo, “siendo siervo”, como Jesucristo quiso mostrar a la humanidad lo grande que es el amor de Dios.
Servir consiste en buscar siempre la felicidad del otro. Consiste en compartirlo todo. Servir es tan importante que nos lleva a perderlo todo, ¡incluso la vida!
Servir es el único medio de hacer felices a los demás, de cambiar el mundo y de devolverle la capacidad de amar. Es el único medio de hacer comprender a la humanidad hasta qué punto Dios sirve, ofrece, reparte, distribuye su amor a todos.
Es una tarea difícil. Algunos dicen que es imposible. Jesús nos demuestra que no lo es tanto, Él lo consiguió y nos invita a que nosotros también lo intentemos. Pero... ¿cómo? Jesús nos da las pistas: mirando más allá de las apariencias; sirviendo y ofreciendo nuestra paciencia, nuestra alegría, nuestro perdón; caminando hasta el final, sin cansarnos y tirar la toalla a mitad de camino. Con Jesucristo los cristianos logran que la vida triunfe sobre el mal y la muerte.
La Cuaresma es el tiempo en que nosotros, los cristianos, siguiendo al Señor Jesús, aprendemos a servir, a ofrecer lo mejor que tenemos para que el otro sea feliz. Estamos en Cuaresma, un tiempo para aprender a servir.
Aprender a servir, explicando a un compañero el problema que no entiende. Aprender a servir, no criticando a los demás, sino ayudándoles a mejorar. Aprender a servir, cumpliendo con nuestras obligaciones. Aprender a servir, perdonando de corazón a aquellos que nos molestan. Aprender a servir, pensando siempre en la felicidad de los que están a mi alrededor.

El reloj cuaresmal


.LA HORA DE LA CONVERSIÓN. Es una llamada a redescubrir nuestro origen. A poner en hora nuestra vida cristiana. No es tanto un esfuerzo personal cuanto, de nuevo, ir al encuentro de Aquel que nos ama.

.LA HORA DE LA VERDAD. No caminamos hacia la nada. El tiempo de cuaresma nos pone en órbita hacia la Pascua. Nuestro final definitivo no es la gran mentira en la que viven sumidos muchos hombres. Nosotros, porque Cristo nos lo aseguró con su propia existencia, sabemos que hay una gran Verdad: la vida de Jesús y sus promesas.

.LA HORA DE LA CARIDAD. Sin obras, nuestra fe, queda coja. Pero, nuestras obras sin referencia a Dios, pronto se agotan. Pueden derivar incluso en el puro humanismo. La hora de la caridad cuaresmal nos centra en Aquel donde nace el paradigma del amor: Cristo.

.LA HORA DEL SILENCIO. El silencio es un bien escaso. No se encuentra en cualquier lugar ni se compra en cualquier establecimiento. Una campana, una iglesia abierta….pueden ser una llamada a poner en orden lo que tal vez llevamos atrasado: la visita con el Señor. La oración.

.LA HORA DE LA PALABRA. ¿Cómo podemos encontrar el camino si no dejamos que el Señor nos lo indique? El reloj cuaresmal nos hace llegar con prontitud a la escucha de la Palabra. Es un tiempo de audición de lo santo, de captar aquello que es esencial para nuestra fe.

.LA HORA DEL AYUNO. Acostumbrados a mirar al reloj para la hora de la comida, la cuaresma, lo paraliza. Nos hace comprender que, la ansiedad, no es buena consejera para tener hambre de Cristo. Es un buen momento para ayunar de excesos, malos modos, blasfemias, odios, ingratitud, preocupaciones, críticas…..

.LA HORA DE LA PENITENCIA. Nos gusta el llano y antes que una simple carretera preferimos la autopista. La cuaresma nos recuerda que el sacrificio nos mantiene vigorosos, lo mismo que el entrenamiento hace grande y fuerte a un futbolista. Rectificar es de sabios y moderar ciertos comportamientos nuestros nos pueden encaminar a identificarnos más con Cristo.

.LA HORA DE LA CONFESIÓN. Hasta la mejor prenda necesita, de vez en cuando, ser llevada a una buena lavandería. Nuestras almas, en las que se encuentra impreso el sello de Hijos de Dios, tienen derecho a ser puestas a punto. La hora de la confesión nos facilita un nuevo rostro: la alegría de sentirnos reconciliados con Dios y con nosotros mismos.

.LA HORA DEL HERMANO. El encuentro con Jesús empuja al abrazo con el hermano. No podemos observar el reloj cristiano y, a continuación, olvidarnos de las horas amargas en las que viven los que nos rodean. Poner a punto nuestra vida cristiana nos exige ayudar a aquellas personas que quedaron rezagadas en la felicidad, en el bienestar o en el amor.

.LA HORA DEL CORAZÓN. Las prisas y los agobios, el estrés o el ritmo de vida que llevamos…presionan en exceso la serenidad de nuestro corazón. El reloj cuaresmal procura que, el corazón, vaya despacio, medite, reflexione, ame y se oxigene a la sombra del Corazón de Cristo.

.LA HORA DE LA MISA. Frecuentemente señalamos el reloj y preguntamos ¿y si tomamos un café? El reloj cuaresmal nos interpela ¿y por qué no una eucaristía diaria? Nunca, en tan poco tiempo, se nos ofrece tanto: acogida, perdón, calor, palabra, fuerza, silencio, amor, paz interior y poder saborear lo que sólo Jesús nos puede dar: su Cuerpo y su Sangre.

Escrito por Javier Leoz - Delegación de Piedad Popular (Pamplona)

La vida es un camino (Oración)

La vida es un camino.
Desde que nacemos es preciso partir.
Hay que ir dejando atrás muchas cosas: infancia, familia, hogar, ...
salir del presente y orientarse hacia el futuro .. y caminar  ..

No podemos pararnos porque la vida sigue.
Lo importante es no dejar la propia ruta y no salirse del camino,
aunque a veces resulta difícil y cuesta arriba.
Pero no vamos solos.
Caminamos con los otros,
y Cristo también se hace compañero de camino.
Y el camino tiene una meta.

La vida tiene un sentido.
Al final del camino cenaremos juntos. Y se hará luz.
Entonces Percibiremos que el corazón ardía mientras hacíamos el camino.

Y nos vendrán las ganas de reemprender el camino,
de volver al encuentro de los que quedaron atrás.
Porque los otros también esperan que vayamos a decirles:
“Hemos visto al Señor".

Oportunidades

Cada nuevo día es una oportunidad para crecer, para realizar lo que el día anterior dejamos sin hacer, para dejarnos iluminar por los rayos del sol que, al fin y al cabo, son reflejos  de vida que Dios nos manda cada mañana.
¿Te has parado a pensar por un momento que este día que comienza un regalo más de los muchos que Dios te envía?
¡Abre los ojos! ¡mira a tu alrededor! ¡estira tu cuerpo y ensancha tu corazón!... porque este día no volverá ya nunca y son muchas las oportunidades que tienes de aprovecharlo al máximo dando lo mejor de ti mismo.
¡Déjate empapar por la luz! no te quedes en las sombras del ayer y renace cada día... porque...
La batalla de la vida no siempre la gana el hombre más fuerte, o el más ligero, porque tarde o temprano, el hombre que gana es aquel que cree poder hacerlo. – (Napoleon Hill)

Encar
www.reflejosdeluz.net

¡Ágiles!

Si fuéramos ágiles para descubrir el perdón...
Si estuviéramos atentos a todos los gestos de amor que recibimos a diario...
Si fuéramos flexibles para cambiar nuestros planes...
Si en la vida estuviéramos dispuestos a hacer "piruetas" para alegrar a los demás...
Si contagiáramos la agilidad del Evangelio a quienes viven cerca de nosotros...
¿No sería todo mucho más dinámico?
El dinamismo de la vida no lo produce la vida en sí sino las actitudes que tomamos frente a ella, porque depende de nosotros el que veamos una misma realidad desde diferentes ángulos.
Ojalá que la vida no nos "anquilose" los huesos del alma para que podamos siempre ser ágiles con nosotros mismos y con los demás.

Encar