Nuestro armario

Con frecuencia guardamos en el armario de nuestra vida aquello que nos ha hecho daño como forma de no sacar a la luz el dolor y sufrimiento que conlleva.
Los sentimientos que albergamos en nuestro interior pueden ser buenos o malos.
Cuando son buenos se expanden de forma natural, salen a la luz sin proponérnoslo.
Cuando las vivencias son negativas las almacenamos en un cajón bajo llave... pero no nos damos cuenta que su contenido nos puede configurar a la hora de ser quienes somos ya que impide que nos desarrollemos con plenitud en todo lo positivo que tenemos dentro.
Es necesario abrir ese armario, como forma de sanarnos por dentro.
No siempre es fácil ese proceso, a veces no podemos hacerlo solos y es necesario que alguien nos ayude a abrirlo para poder analizar, contemplar y rezar ese dolor.
¡Qué importante es encontrar esa persona amiga que no analice el contenido de nuestro armario desde los parámetros de la razón y nos impulse a conocer y ordenar su contenido!
Cuando somos capaces de reconocer el contenido de nuestro armario tenemos armas para luchar contra la sinrazón e impotencia.
No olvidemos nunca que en ese proceso nunca estamos solos, hay personas que caminan con nosotros y están dispuestas a entrar en el terreno sagrado de lo que somos... y, sobre todo, siempre contamos con Dios que nos acompaña desde el principio de nuestra vida, que nos conoce y nos ama.

Encar
www.reflejosdeluz.net

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