Que nunca me deje de asombrar


Que nunca me deje de asombrar,
para que Dios me encuentre dispuesto
Que no cierre las ventanas de mi corazón,
para que el Señor entre por ellas
Que no me acobarde ante las exigencias de la fe,
para que así yo mismo me dé cuenta de su valía
Que nunca me canse de mirar hacia el cielo,
para que no deje de pensar en él
Que no esté pendiente de mi imagen en el mundo,
lo importante es saber lo que Dios
pensará de mí el día de mañana
Que no viva de espaldas a la fe,
para que Dios se me manifieste con fuerza
María;
Ayúdame a pensar en Dios y menos en lo secundario
Anímame a escuchar su voz en medio de tanto ruido
Abre mis entrañas para que, Jesús, nazca en mí
Enséñame el sendero que conduce hacia la confianza
Y, si por algo tropiezo y caigo,
te pido que, entonces,
también tu pienses en mí y no te olvides de que existo
Amén.
J.L.

No hay comentarios:

Publicar un comentario