María arrodillada

Manos creadoras muestran a María arrodillada.

La oración no es fruto del esfuerzo personal, es fruto del corazón que se manifiesta de múltiples maneras. En este caso una pequeña figura nos invita a contemplar la grandeza de Dios en María.

María de rodillas, orando a Dios.

La figura de María me invita a poner todo en sus manos.
María arrodillada, fruto del profundo encuentro con Aquel que todo lo puede,
arrodillada de forma humilde, sencilla...

Dame María una fe fortalecida que pueda subir montañas,
saltar barreras, cruzar ríos...
Una fe en la que me muestre ante Dios tal cual soy,
con mis valores y mis limitaciones.

Dame María, la capacidad de entrar en mi misma,
de descubrir el paso de Dios en mi vida,
de profundizar cada día sobre aquello y aquellos que pones en mi camino para alabarte y bendecirte por los tesoros que pones a mi paso.

Me arrodillo contigo, María, en actitud suplicante.
El silencio reina cuando las palabras no llegan a expresar lo que siente nuestro corazón.
Así me siento María, sin palabras, dando paso a la contemplación.

Encar_AM

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