Reflexión: La envidia


La envidia se nos genera a causa de nuestra propia inseguridad en lo que hacemos o somos. Nos lleva a buscar la aprobación de todos, a querer hacer más cosas de las que podemos, y eso puede llegar a ser terriblemente agotador. Las personas que sufren este mal, quizás actúan así de forma inocente, sin querer o sin darse cuenta… pero debe ser algo muy terrible de vivir, pues te hace sufrir, caer en la hipocresía, decir cosas desagradables… y finalmente nos vuelve en personas destructivas.

Si conoces a alguna persona envidiosa, con toda seguridad llegará a hacértelo pasar mal. Si eres tú la persona envidiosa, lo pasarás mal y harás daño o cansarás a otros, sólo por tus inseguridades.

La envidia es el miedo a no ser aceptado por nuestro entorno, es “inseguridad total en nosotros mismos”. Es fruto de dar demasiada importancia a lo que tienen y hacen los demás, e intentar superarles para recibir la aprobación y admiración. O igualmente, puede llevarte a criticar y echar abajo lo que los demás tienen, para que lo que tú tienes, al ser comparado, crezca en valor. La envidia de ningún modo es buena, y hay que tratar de controlar tal resentimiento porque sólo traerá soledad a nuestras vidas.

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