Toma mi corazón, hazlo pedazos, conviértelo en semilla de la espera, tórnalo seda ardiente, ardientes lazos... haz de su pulpa flor de primavera.
Haz de su sangre ríos de blancura, vuelve espuma sus venas... afluentes que recojan del mundo la amargura, que sumerjan el odio de las gentes...
Miles de ríos yendo a tu regazo cargados con el plomo de la guerra, camino de ser mar en que tu abrazo convierta el viejo mundo en nueva tierra.
Siémbrame el corazón en tus vergeles, que se renazca flor de tus abejas con la que labren laboriosas mieles y ceras nuevas de amarguras viejas...
Y si no basta el corazón mezquino para agostar los odios y las quejas, para ser luz de amor que abra el camino, Te ofreceré la vida, si me dejas...
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