Navegar no siempre es fácil


Estos días han estado cargados de actividades, movimiento, celebraciones, acciones solidarias, encuentros de oración, festivales... todas ellas enfocadas a la Fiesta de Navidad que ayer mismo celebramos.
Ahora me pregunto ¿después de la Navidad qué es lo que me queda?. Me queda el cansancio de muchas actividades, proyectos, planes... pero sobre todo AHORA es cuando me quedo con el verdadero espíritu de Navidad. Ahora es cuando, de forma serena y tranquila, puedo acoger a Dios mismo en ese pesebre sencillo.
Ha venido para darme VIDA, para ofrecerme PAZ y para alentarme en mi MISIÓN. Ahora es cuando, en silencio puedo contemplar la grandeza de su presencia en mi día a día.
La sociedad cambia pronto el "chip", pasa deprisa de una fiesta a otra y, en este momento, ya todos se preparan para celebrar el fin de año. Yo aún no he dado ese salto, tan solo contemplo a un Dios hecho niño, en un establo, entre los pobres, entre la gente humilde...
Muchos pensamientos nos han acompañado en este Adviento como ayuda para prepararnos para la llegada de Dios a nuestra vida. Un mensaje en una botella con valores que engrandecen nuestro corazón, unos barquitos con recuerdos de aquello que es importante para caminar por el mundo con un horizonte concreto... Hemos oteado el horizonte y hemos ido viendo cada vez con más nitidez la presencia de Jesús en los acontecimientos diarios.
Navegar no es siempre fácil, hay tempestades que zarandean nuestro barco hasta el punto de creer que va a sucumbir en el fondo del mar. Las noches en el mar son frías y a veces calan los huesos hasta quedar exhaustos. El fuerte sol del mediodía quema cuando estás en cubierta y te expones a su radiación... Sí, navegar no siempre es sencillo, pero la aventura de la vida no es tampoco sencilla, sin embargo levamos anclas y nos adentramos en el mar con la esperanza de vivir y saborear cada una de las olas que nos acompañan.
Jesús ha llegado, busco en mi corazón a ese niño, inocente, sencillo, humilde, grande... que ha dado sentido a mi vida y a la vida de muchos que, como yo, creemos en la verdad y el amor.

Encar

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