La característica más importante del camaleón es su capacidad para camuflarse y cambiar de color en función de la situación concreta a la que se enfrente.
La piel del camaleón se parece a nuestras emociones ya que cambian dependiendo de los momentos concretos que vivimos.
A veces nos disfrazamos de "fuertes" para hacer creer a los demás, incluso a nosotros mismos, que podemos con aquello que nos da miedo y así el azul celeste nos invade y da poder. Otras nos disfrazamos de "débiles" intentando con ello recibir afecto y cariño así nuestra alma se viste de rojo pasión. Nos camuflamos entre los arbustos verdes intentando tener "esperanza" ante aquellas cosas que tambalean nuestra estabilidad. Nos vestimos de marrón para confundirnos con la tierra que nos acoge intentando con ello ser parte de aquello que anhelamos...
Y así la vida es un cambio continuo de color dependiendo de nuestro momento concreto...
Dios está presente siempre y con Él no tenemos que camuflar nada porque nos conoce y sabe lo que sentimos, pensamos y vivimos... por eso, cada día Dios cambia de color y forma para acoger, junto a nosotros, cada uno de nuestros cambios para acompañar nuestro caminar.
Encar
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