Las autoridades de la antigua nación soviética negaron el incidente del 4 de julio hasta que Lukashenko convocó a una reunión la semana pasada para reprender a las autoridades por permitir una "provocación" como esta.
El líder bielorruso, considerado el "último dictador de Europa", despidió el martes al jefe de la defensa aérea y al jefe del servicio de guardias fronterizos, y reprendió a otros altos mandos de seguridad, informó el miércoles su oficina.
Thomas Mazetti y Hannah Frey, los dos suecos detrás de la proeza, dijeron que querían mostrar su apoyo a los activistas de derechos humanos bielorrusos y avergonzar al ejército del país, un pilar del poder de Lukashenko.
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