Jn 21, 1-19
Nuestra vieja red de pesca parece romperse ante la presencia de Jesús. La "redada" ha sido tan grande que apenas puede con el peso.
Somos invitados, una vez más, a navegar mar adentro... a confiar y, sobre todo, a ser Testigos de Cristo.
Jesús nos envía, nos confía una misión concreta a cada uno de nosotros. No basta manifestar nuestro cariño al Señor si las obras no reflejan ese amor que le tenemos.
"Sí, Señor, tú sabes que te quiero"..."entonces: Sígueme"
Encar_AM
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