La estrella anunció en la Navidad cuál era el camino para llegar a Dios. La estrella iluminó la oscuridad de muchos que no creían en la posibilidad de un dios hecho Hombre. Pero nosotros hemos acogido la estrella, y con ella queremos mostrar a otros el camino que conduce a Belén, el camino de descubrir a Dios en la Propia vida.
Vamos a tomar nuestra estrella, y hacerle a Jesús una cuna de deseos... Nuestros deseos serán parte de su hogar. Así, nuestra estrella, la personal de cada uno, podrá alumbrar a otros con la Luz del Dios con nosotros, del Dios hecho Hombre que camina a nuestro lado, en nuestras alegrías, en nuestras tristezas, en n nuestros deseos y esperanzas...
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