Mt 27, 11-54
Contrastes. Aclamado y juzgado, vitoreado y crucificado. Palmas y ramos, cánticos, exaltación y, al final, ciertamente exaltado en la Cruz.
La Cruz no es poesía ni caramelo. Es culmen de sufrimiento y de entrega. Solo así el misterio de tu amor se hace comprensible transfusión para un mundo enfermo y anémico. Anémico de amor, de perdón, de tanta entrega como la tuya, Jesús.
Tu Cruz, percha del dolor, es también transfusión de esperanza y de luz. Vivamos esta Semana Santa enganchados a Ti.
Fernando Cordero
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