Tú nos has elegido, Señor Jesús, y nos has llamado a dar fruto abundante.
Somos tus amigos, Jesús, elegidos para ser apóstoles,
Destinados a proclamar tu mensaje de salvación, el mensaje de tu vida, muerte y resurrección, fuerza salvadora de Dios para todo creyente.
Queremos ser luz de esperanza en este mundo del Siglo XXI.
Para prepararnos a la misión que nos has encomendado, necesitamos:
Ceñir con la verdad nuestra cintura, proteger nuestro pecho con la coraza de la rectitud y calzar nuestros pies con el celo por anunciar la novedad de tu Buena Noticia.
Enséñanos a evangelizar educando, bajo la guía del Espíritu que orienta nuestra actividad educativa.
Pon en nuestros labios la palabra oportuna y haz que podamos dar a conocer libre y valientemente el misterio de tu voluntad que es mensaje de salvación para el hombre de todos los tiempos.
Hoy nos has reunido en tu Nombre, Nos has llamado de nuevo:
Danos un corazón atento y abierto, humilde y generoso,
Para que en diálogo fraterno sepamos desarrollar la espiritualidad apostólica concepcionista.
Que tu gracia inspire, sostenga y acompañe nuestras obras para que nuestro trabajo brote en Ti como en su Fuente y tienda siempre a Ti como a su fin.
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