Frase que, según el Diccionario de la Real Academia, significa impacientarse mucho y desbarrar; hablar u obrar fuera de la razón.
Alude al jinete a quien se le salen los pies de los estribos involuntariamente cuando va a caballo.
Antiguamente se decía perder los estribos de la paciencia, y así aparece recogida la frase en el Vocabulario del maestro Gonzalo Correas, del primer tercio del S. XVII.
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