Desde nuestro barco
oteamos la figura de María y José en una isla, esa isla somos cada uno de
nosotros. Dios ha llegado a nosotros, y lo ha hecho de la forma más sencilla...
haciéndose niño, un indefenso niño pequeño que nos transmite ternura, devoción,
cariño, perdón...
Debajo de la silueta del pesebre encontramos la
bola del mundo.
Dios ha venido a nosotros, a nuestro mundo, a
nuestra vida... No nos quiere perfectos, nos quiere como somos, con nuestras
limitaciones y nuestros valores.
Dios, con su llegada a nuestro planeta solo nos
trae un mensaje... OS AMO. Dios nos ama y nos lo demuestra con su hijo Jesús.
Nosotros, desde nuestra embarcación, gritamos con
gozo ¡¡¡TIERRA A LA VISTA!!! porque, realmente hemos encontrado aquello que nos
da vida aquello que nos anuncia un mañana mejor, un mundo con más paz, mas
humanidad, más compañerismo y más libertad.
Os proponemos hacer
una bola del mundo con una cartulina y poner cerca de ella, la estrella, el
corazón, el barco y... finalmente la silueta de JESÚS HECHO NIÑO.
Nuestro barco, a
lo largo de estas semanas ha sufrido tormentas, tempestades, ha saboreado la
calma del mar tranquilo, ha recorrido países, ciudades,... ha compartido con el
resto de la tripulación la grandeza de mirar todos en la MISMA DIRECCIÓN.
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