Cada día del año, ya sea festivo o laborable, en otoño y en primavera, en invierno o en verano, en junio, septiembre o diciembre… Hoy y siempre está presente en nuestra vida la corriente que nos llega a través del Amor del Padre, del Hijo y del Espíritu. Ese Amor permanece en nosotros, se nos comunica, nos engancha y transforma.
Dios, misterio de Amor, comunidad perfecta de donación y de entrega, se vuelca en sus criaturas, para que nosotros, imágenes a veces un tanto “descoloridas” nos animemos en parecernos al que es nuestra fuente, origen y meta.
Jesús irrumpe en nuestro calendario vital para que, siguiendo sus huellas, atisbemos la relación de Amor más fuerte que la muerte y totalmente desbordante: el Amor de la Trinidad, Amor de tres en uno, de vida volcada sin fisuras de egoísmo ni de intereses que no sean los de amar, a fondo perdido, como las corrientes de los ríos que van al mar, al mar dela Vida.
¡Feliz fiesta dela Santísima Trinidad! ¡Feliz fiesta que nos revela el misterio y la grandeza de Dios! Gracias, Señor, por tu permanente compañía en este viaje de la vida.
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