Es difícil detectar El Anuncio
entre tantos anuncios que nos invaden.
¿Existe aún la Navidad?
¿Navidad es Buena Nueva?
¿Navidad es también Pascua?
Sabemos que «no hay lugar para ellos».
Sabemos que hay lugar para todos,
hasta para Dios…
El buey y la mula,
huyendo del latifundio,
se han refugiado en los ojos de este Niño.
El hambre no es sólo un problema social,
es un crimen mundial.
Contra el Agro-Negocio capitalista,
la Agro-Vida, el Bien-Vivir.
Todo puede ser mentira,
menos la verdad de que Dios es Amor
y de que toda la Humanidad
es una sola familia.
Dios continúa entrando por abajo,
pequeño, pobre, impotente,
pero trayéndonos su Paz.
Doña María y el señor José
continúan en la comunidad.
La Veva continúa siendo tapirapé.
La sangre de los mártires
continúa fecundando la primavera alternativa.
Los cayados de los pastores,
(y del Parkinson también),
las banderas militantes,
las manos solidarias
y los cantos de la juventud
continúan alentando la Caminada.
Las estrellas sólo se ven de noche.
Y de noche surge el Resucitado.
«No tengan miedo».
En coherencia, con tesón y en la Esperanza,
seamos cada día Navidad,
cada día seamos Pascua.
Amén, Axé, Awire, Aleluia.
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