Lc 3, 15-16. 21-22
El bautismo de Juan limpia, reconcilia, abrillanta, renueva… pero le falta algo. Ese algo es el “plus” del bautismo de Jesús: su Espíritu. Espíritu que prende en los corazones y que nos invita a entrar en la ola del Amor.
Espíritu que muestra la predilección, el Amor del Padre por el Hijo y por sus hijos. Espíritu que se hace corazones que pueblan y repueblan la tierra, que coronan con la llama de la pasión lo que falta de pasión y compromiso al mundo.
Celebrar y renovar el bautismo significa dejarnos prender por el fuego de Jesús y transformar la realidad con su luz y su calor.
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