Cuando el sacerdote nos pone la ceniza, debemos tener una actitud de querer mejorar.
La Cuaresma son cuarenta días que la Iglesia marca para la conversión del corazón. Es un tiempo de pedir perdón y perdonar.
¿Sabías que...?
Las cenizas que nos pone el sacerdote provienen de las palmas quemadas el Domingo de Ramos del año anterior.
La imposición de ceniza es una costumbre que nos recuerda que algún día vamos a morir y que nuestro cuerpo se va a convertir en polvo.
Nos enseña que todo lo material que tengamos aquí se acaba. En cambio, todo el bien que tengamos en nuestra alma nos lo vamos a llevar a la eternidad. Al final de nuestra vida, sólo nos llevaremos aquello que hayamos hecho por los demás.
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