Jn 21,1-14
El Resucitado nos enseña a lanzarnos a la pesca de cada día, sin miedo, sin agobios, con mirada esperanzada. La sombra del Resucitado cubre las aguas de la vida, nos estimula y orienta en cada momento.
Algunas veces puede que nuestros ojos no vean los peces, la redada, los frutos de la Resurrección. El tiempo de Pascua nos invita a tener una mirada nueva y atenta a la acción del Señor.
Es tiempo de lanzarse con los discípulos, con Pedro… para alcanzar al Resucitado.
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