Tu corazón, María
Tu corazón, María,
rebosa agradecimiento.
Tu corazón, María,
desborda de felicidad.
Tu corazón, María,
se siente engrandecido por la presencia de Dios
Tu corazón, María,
ama incluso a aquellos que no te aman
¡Danos, María!
Un corazón sencillo
para acoger a Dios
Un corazón noble
para sincerarnos con El
Un corazón alegre
para sembrar la ilusión
Un corazón desprendido
para no mirarnos a nosotros mismos
Un corazón conciliador,
para no cerrarnos a los que nos rodean
Y, si por lo que sea,
ves que nuestros corazones
están cerrados con potentes candados:
ven a nuestro encuentro, María,
y rompe los eslabones que nos impiden ser libres.
Ave María
J.Leoz
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