Una paloma ya no aguantó la curiosidad de saber qué era un pantano.
Aquella tarde aterrizó en medio de un extenso pantano... de un color muy oscuro. Sus alas y blancas plumas quedaron enlodadas y completamente sucias.
Un sapo la vio y en un tono burlón y complacido le dijo:
- Comadre, veo que tú también caes en el lodo.
- Pero yo no me quedo aquí como tú... ¡y se remontó al cielo!.
"El justo se levanta, aunque caiga siete veces; los impíos, se
pierden en el mal" (Proverbios 24:16).
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