Un auténtico amigo es como una medicina en la vida,
una valiosa protección.
Entre todos los tesoros no encontrarás
ninguno tan grande como un amigo fiel.
Basta ver al amigo para que brote la alegría
en nuestro corazón y se expanda por todo nuestro ser.
Con el amigo se cultiva una comunión muy profunda,
que le infunde al alma un gozo espiritual inefable.
Con sólo pensar en el amigo se vigoriza el espíritu
y se libera de preocupaciones.
Pero esto únicamente sucede
entre amigos verdaderos,
que tienen los mismos sentimientos y que darían la vida el uno por el otro.
Quien tenga un amigo así,comprenderá mis palabras.
Y aunque lo vea todos los días,nunca parecerá suficiente.
San Juan Crisóstomo
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