"La sabiduría no es otra cosa que el amor que saborea, gusta y experi-menta como Dios es dulce y suave".
Este don hace amar a Dios con todo el corazón y con toda el alma. Es casi otro nombre del mismo Dios.
"La Sabiduría es reflejo de la luz eterna, espejo nítido de la actividad de Dios e imagen de su bondad" (Sáb. 7,26).
"Envíala desde el cielo sagrado, mándala desde el trono glorioso, para que esté a mi lado y trabaje conmigo, enseñándome lo que te agrada" (Sáb. 9,10).
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