Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob,
Padre de nuestro Señor Jesucristo y Padre nuestro,
acoge la oración que te presentamos.
Mira con bondad nuestros deseos
y ayúdanos a vivir con pasión el don de la vocación.
Tú, Padre,
que en tu proyecto gratuito de amor
nos llamas, en la estabilidad o en la itinerancia,
a buscar tu rostro en el Espíritu,
haz que seamos memoria tuya:
sea fuente de vida en la soledad y en la fraternidad,
y podamos ser, en nuestro tiempo,
re ejo de tu amor.
Cristo, Hijo de Dios vivo,
que caminabas por nuestras calles
casto, pobre y obediente,
compañero nuestro en el silencio y en la escucha,
mantén en nosotros la pertenencia lial
como fuente de amor.
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