1º domingo de Adviento


Orientar nuestra vida hacia el amor significa tener una mirada limpia para ser capaces de descubrir el amor en las personas que nos rodean, en la naturaleza que nos envuelve, en las situaciones que vivimos, en la familia, en los amigos.
Con frecuencia ponemos el catalejo al revés y solo somos capaces de mirarnos a nosotros mismos, a nuestros problemas, nuestras inquietudes, aquellas pequeños o grandes cosas que rodean cada uno de nuestros días.
Salgamos al mundo, demos la vuelta al catalejo para descubrir a los otros y sobre todo para AMAR a los otros con el mismo amor que Dios nos ha ofrecido por medio de Jesús.
Orientemos el timos de nuestra vida hacia ese corazón que se ensancha cuando somos capaces de entregarnos con generosidad.

Os proponemos realizar un mural con un gran corazón en el que vayamos escribiendo todo aquello que queremos cambiar en este adviento para acercarnos a Jesús.

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