Busco una mochila ni grande ni pequeña, donde quepa lo justo que necesito para el viaje.
Busco una mochila sencilla, con capacidad para albergar todo lo que llevo en mi alma, lo que da sentido a mi vida, aquello que me mueve, que me invita a avanzar sin cansancio, a caminar con rumbo fijo.
Busco una mochila resistente, que no se rompa en la adversidad, que pueda acoger mi vida y la de los demás.
Busco una mochila con departamentos para poder organizar adecuadamente aquello que llevo para el viaje, para que no se envuelvan pensamientos, sentimientos, experiencias… donde pueda almacenar de forma rápida lo más urgente en los espacios más cercanos y pueda dejar en un lugar más oculto aquello que necesitaré solo en determinadas ocasiones.
Busco una mochila amplia donde pueda meter a todos los que viajan conmigo, que no se quede ninguno fuera pues sin ellos mi camino no tiene el mismo sentido.
Una mochila sin candados que aten, que me permitan ser libre, llevar, traer, sacar,… que no aprisione mi corazón y que me permitan ser tal cual soy, mostrarme a los demás con lo que soy y desde lo que soy.
Una mochila con buenas y resistentes agarraderas para poder llevarla donde la necesite, donde me necesiten. Con ruedas que, en determinados momentos, faciliten su transporte para así centrarme en el camino sin pararme a pensar en el peso que llevo en el contenido de su carga.
Una mochila bonita, alegre… que produzca una sonrisa en aquellos que la miren, en aquellos que me miren desde dentro porque valoran mi camino, porque da sentido también al suyo.
Busco una mochila con un único contenido: Dios. La razón de mi existencia.
Dios manifestado en cada una de las cosas que contiene, el motivo profundo de mi viaje.
Quiero compartir mi mochila contigo… y también contigo… con todos aquellos que hacéis de ella un canto de alabanza a la amistad, a la solidaridad, al Amor verdadero.
Una mochila sin viaje de poco sirve, un viaje sin mochila sería absurdo porque carecería de sentido… porque esa mochila soy yo y conmigo viaja todo lo que soy.
Esté donde esté, haga lo que haga, la mochila viene conmigo porque deseo que así sea, porque da sentido a mi existencia de la misma manera que le das sentido tú amiga mía al caminar a mi lado.
Gracias por compartir tu mochila con todos los que vivimos contigo.
Encar_AM
www.reflejosdeluz.net
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