Están los que usan siempre la misma ropa,
están los que llevan amuletos, los que hacen promesas
los que imploran mirando al cielo, los que creen en supersticiones.
Y están los que siguen corriendo cuando las piernas le tiemblan
están los que siguen jugando cuando se les acabo el aire,
los que siguen luchando cuando todo parece perdido,
los que están convencidos de que la vida es un desafío en si misma
sufren pero no se quejan.
Saben que el dolor pasa, el sudor se seca, el cansancio se termina
Saben que hay algo que nunca desaparecerá,
la satisfacción de lograr un sueño.
Sus cuerpos tienen la misma cantidad de músculos
por sus venas corre la misma sangre,
lo que los hace diferentes es su espíritu,
la determinación de alcanzar la cima.
Una cima a la que no se llega superando a los demás
sino superándose a uno mismo.
Encar_AM
www.reflejosdeluz.net
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