Querido amig@:
Yo no fui, de joven, ni mejor ni peor que la mayoría... No me dedicaba a abusar de la gente, pero tampoco estaba dispuesto a que abusasen de mí...
Si acaso..., era más inquieto que la media...Ya desde los años del colegio no me conformaba fácilmente: quería saber qué había detrás..., qué sentido tenía todo esto.
Y durante treinta años anduve de acá para allá preguntando, mirando, comparando, sintiendo...
En ese tiempo supe lo que era ambicionar una posición..., llegar a tener un porvenir asegurado; probé los frutos de la sensualidad y, desde luego, no he pasado a la historia de la Iglesia como un santo ñoño; conocí lo que significa amar y ser amado por una mujer, el orgullo de ser padre; experimenté asombrado lo profunda que puede llegar a ser la amistad... Con el corazón en la boca, yo pedía cada día más: más felicidad..., más placer..., más verdad..., más..., ¡más!...
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