Aquel que reconoce la verdad del cuerpo puede entonces conocer la verdad del universo.
No hay árbol que el viento no haya sacudido.
Incluso la más larga caminata comienza con un paso.
Cuando hables, procura que tus palabras sean mejores que el silencio.
Un libro es un cerebro que habla: cerrado un amigo que espera; olvidado, un alma que perdona; destruído, un corazón que llora.
La palabra debe ser vestida como una diosa y elevarse como un pájaro.
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