Esta inmersión nos ha hecho soñar con los ojos despiertos. Hemos descubierto las maravillas de la creación, a través del agua limpia y cristalina. Y lo más grande: el tesoro está en que Él reine en nuestro corazón.
¿Nos lanzamos a este baño con Jesús? ¿Qué nos impide entrar en el mar que Él nos propone? ¿No crees que merece la pena? ¿Tienes algún miedo? ¿Sería Él capaz de soltarte?
Busca un rato para hacer una oración de admiración y agradecimiento.
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